En el competido mercado de la cosmética natural, donde la autenticidad y los ingredientes juegan un papel esencial, nuestro cliente tenía un problema que ni el mejor serum podía solucionar: su web estaba más perdida que una crema hidratante en el desierto. Sabían que su marca tenía potencial, que sus productos eran buenos, pero había algo que no estaba funcionando. Y no, no era el ácido hialurónico. Era su visibilidad online, que estaba tan baja como la autoestima de cualquiera después de una noche a dos velas.
Este negocio de cosmética natural y artesanal había trabajado duro en su producto. Tenían cremas, bálsamos, jabones y aceites que eran un sueño para cualquier amante de lo orgánico. Pero había un problema: cuando la gente buscaba esos productos en Google, no los encontraba. Ni rastro de ellos. Las visitas a su web apenas llegaban a unas pocas docenas al mes. Era frustrante. Tenían el mejor producto, una web visualmente atractiva, pero todo eso daba igual si nadie entraba.
Así que nos contactaron. Nos dijeron que su situación era crítica, que necesitaban algo más que una ligera exfoliación online. Necesitaban un tratamiento profundo para su SEO.
Nos pusimos manos a la obra con una auditoría SEO para descubrir qué estaba fallando. Y ahí estaba la raíz del problema: la web estaba desorganizada, las páginas competían entre sí por las mismas palabras clave (canibalización de contenido) y no había una estructura clara. Era como aplicar capas y capas de productos sin ton ni son, sin saber qué función cumplía cada uno.
Lo primero que hicimos fue reorganizar la estructura de la web, dando a cada página un objetivo claro. No más páginas duplicadas o palabras clave compitiendo entre ellas. Cada producto se enfocaría en una intención de búsqueda concreta. Además, revisamos y mejoramos el Marcado Schema para que los motores de búsqueda entendieran mejor de qué iba cada página. Básicamente, pusimos en orden lo que antes era un caos.
Pero no nos detuvimos ahí. Optimizamos la ficha de Google Business Profile, porque sabíamos que para un negocio de cosmética, la búsqueda local también era clave. Cualquiera que buscara “cosmética natural en [su ciudad]” debía encontrar la tienda. Y lo conseguimos.
Lo mejor de todo es que el cliente confió plenamente en nuestras decisiones. Nos dio vía libre para hacer los cambios necesarios, algo fundamental para que todo fuera sobre ruedas. No hubo tensiones, no hubo dudas. Y eso, en cualquier estrategia digital, es clave.
Aquí viene la parte jugosa. En tan solo tres meses, los números comenzaron a cambiar radicalmente. Desde finales de enero de 2023 hasta abril de 2023, el crecimiento fue espectacular.
¡Impresionante! Un crecimiento de impresiones que pasó de unas pocas miles a rozar las 6.000 impresiones diarias hacia mediados de abril. Todo esto en solo tres meses, como si la web hubiera pasado de estar olvidada en el fondo del cajón a brillar en la primera fila.
Hoy, este negocio de cosmética natural está en una posición que jamás habría imaginado tres meses atrás. Sus productos, antes escondidos en el océano de Google, ahora están al alcance de la mano de cualquier cliente que busque “cosmética natural” o “jabones artesanales”. El tráfico orgánico no solo ha crecido, sino que ha generado ventas, y cada día más personas descubren su marca.
Porque, al final, no se trata solo de tener el mejor producto. Se trata de que el mundo lo vea.
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